Hace aproximadamente 15 años se dieron los home estudios al alcance de algunos. Diego Alejandro Cardona Quiroga, musico de familia, vive en el barrio Santa Fe, inició en un grupo de Guayabal que cantaba reguetón, desde su formación como musico, se encontró con varios productores muy buenos, que no eran músicos. Se acercó a la producción musical, para redescubrirse.
Al venir de familia musical y haber pasado por una infancia de conciertos, orquestas y presentaciones, con participación en grupos de diferentes géneros, Diego se dio cuenta que la creación y producción musical lo atraían más que interpretar un instrumento en un grupo. En su vida ya había recorrido diferentes estudios sonoros y de grabación, lo cual le abrió la creatividad para este tema, inició el suyo, con una herramienta en la parte creativa: la música.
Consiguió un computador, donde hizo su primera pista, y a partir de allí siguió una lista de opciones en la producción con interacción del artista. Su familia recibió muy bien la noticia, fueron los primeros en darle un empujón para seguir adelante. “Mi familia ya había salido de la época de fiesta y les grabe un cd con música para Dios, ese fue el primer cd, fue con todo el papeleo. Es importante que se comprenda que la música tiene muchos brazos, componer es uno de ellas, ahora es más fácil proteger lo que se hace. Hay muchas herramientas y opciones de venta de la canción o regalías sobre ella”.
Este proceso que le abrió puertas, le dio la virtud de hacer música para compositores y arreglos, como el caso del mexicano Cristian Castro, a quién le hizo arreglos. “Trabajo con personas que están en el exterior, y por referencia llegan, o han estado acá y luego nos contactamos. En el arte como en todo, si trabajas solo por dinero, no se trasciende, cuando trabajas por pasión, el dinero llega”. Diego se relaciona con artistas, compositores, músicos, “el proceso de referencia de uno a otro, trajo mucha gente. Algunos vienen por las ideas que tengo, y la identidad musical que manejo. Este proceso ha sido de colaboraciones, de apoyo en equipos, con amigos que intercambiamos”. Actualmente la música ha cambiado y la producción también, lo cual implica más tecnología, hay más bancos de sonido y más libertad para crear diferentes sonidos. Un musico que inició o un compositor, tiene hoy más asequibilidad con la apertura de redes sociales, antes era más difícil y solo se tenía una opción: la disquera. “El artista necesitaba a la disquera y ahora la disquera es la que necesita al artista, indica Diego, quien añade que hay un nivel más alto, muchos cantantes de Reguetón, ya les exigen más a los músicos”. La mayoría de artistas famosos no componen, otros lo hacen y quienes tienen una buena letra, generalmente la interpretan, unos por que estudiaron, otros sin conocer tanto, “para mi ese es un verdadero artista. Lo mío es la pasión por crear música, otros pasos los remito a quien lo hace bien, como la distribución. Aquí las personas llegan con una letra, miro donde está enfocado su arte, porque no todos son buenos para cantar, analizo la letra, el origen, y a partir de allí reviso qué le favorece a esa letra, que tipo de música…eso depende del contenido y la voz del artista. Hay que hacer el arreglo, buscamos el ritmo, para crear” . Diego apoya a dos o tres personas que no tienen el recurso para producir, sin embargo, él afirma que nunca se sabe qué traen los que vienen, “la idea es que el autor de canciones las sienta realmente”.